Tecnologías de conservación y alimentos funcionales

 

  • Valorización de recursos autóctonos a partir del aprovechamiento de subproductos
  • Componentes bioactivos de alimentos de diversas fuentes
  • Tecnologías emergentes para la conservación de alimentos

No es algo desconocido, que Ecuador es un país rico en diversidad de productos agrícolas cuyas propiedades funcionales (materias primas y subproductos) aún no han sido lo suficientemente aprovechadas. Esto es positivo, si pensamos en la potencialidad que hay para poder realizar investigaciones destinadas a la valorización de productos autóctonos y el aprovechamiento de subproductos de distintas fuentes (Zambrano S, 2014), como para la preparación y caracterización a partir de residuos orgánicos con valor agregado, nutricional e inocuos. A nivel agroindustrial, diversas materias primas son transformadas mediante la realización de distintas operaciones unitarias para poder darles un valor agregado y facilitar de esa forma su consumo. Sin embargo, esto resulta también en la producción de residuos que en algunos casos podría convertirse en un problema de contaminación ambiental en agua, suelos, atmósfera y nichos ecológicos (Cury y col, 2017). Igualmente, se sabe que estos subproductos son una fuente de compuestos con funcionalidad tecnológica o nutricional, por mencionar un ejemplo un alto contenido de antioxidantes (compuestos polifenólicos) que puede tener un efecto beneficioso para la salud es obtenido de residuos del procesamiento de cítricos (Londoño-Londoño y col, 2010). Por consiguiente, es importante el desarrollo de nuevas técnicas y métodos para poder darle un aprovechamiento a los subproductos generados del procesamiento agroindustrial (Méndez, 1995), que finalmente se pudieran utilizar en alimentos para consumo humano, animal o que sean destinados para aplicaciones industriales. Los estudios podrían estar dirigidos a caracterizar distintos subproductos agroindustriales utilizando diferentes métodos para evaluar su posible aplicación como aditivos naturales, agentes antimicrobianos, entre otros que permitan producir alimentos funcionales sin aditivos químicos (pueden ser cancerígenos). Esta alternativa sin duda ayudaría en dos sentidos, a disminuir el impacto ambiental con el uso de los subproductos y al diseño de alimentos con un impacto positivo en la salud.